Los arqueólogos han dado a conocer un emocionante descubrimiento que arroja luz sobre la vida de una antigua figura histórica: la famosa momia peruana conocida como «Juanita» o la «Doncella de Hielo Inca». Este asombroso hallazgo nos permite echar un vistazo al pasado de una joven inca que fue sacrificada en un ritual hace más de 500 años.
El equipo de científicos, liderado por el arqueólogo estadounidense Johan Reinhard, quien encontró la momia en 1995, se asoció con el especialista en reconstrucción facial Oscar Nilsson, proveniente de Suecia. Juntos, han creado un impresionante busto de silicona que nos muestra cómo lucía Juanita en vida.
La reconstrucción se basó en escaneos del cuerpo, mediciones del cráneo, estudios de ADN y características etnológicas, y llevó aproximadamente 400 horas de trabajo. El resultado es una representación sorprendentemente realista de la joven inca, con pómulos pronunciados, ojos oscuros y piel morena.
El Dr. Reinhard, emocionado por este avance, comentó: «Pensé que nunca sabría cómo era su rostro cuando estaba viva. Ahora, 28 años después, esto se ha convertido en una realidad gracias a la reconstrucción de Oscar Nilsson».
El descubrimiento original de Juanita tuvo lugar en 1995, cuando el Dr. Reinhard y el alpinista peruano Miguel Zárate encontraron su cuerpo congelado a una altitud de 6.400 metros durante una expedición al volcán Ampato. La momia llevaba una túnica ceremonial y un tocado, y estaba rodeada de objetos de cerámica, incluyendo tazones y figurillas.
Los estudios realizados en el cuerpo sugieren que Juanita tenía entre 14 y 15 años cuando fue sacrificada, y un escáner de CT reveló que la causa probable de su muerte fue un fuerte golpe en la parte posterior de la cabeza. Los expertos creen que podría haber sido drogada y forzada a arrodillarse antes de ser golpeada, en lo que podría haber sido un sacrificio humano en honor a los dioses, de acuerdo con las creencias incas.
El Dr. Reinhard explica que, según el sistema de creencias inca, este tipo de sacrificio honraba a los padres y aseguraba una vida futura de dicha para las víctimas. Los niños sacrificados se convertían en figuras de adoración, actuando como intermediarios entre los aldeanos y los dioses.
Este descubrimiento arroja nueva luz sobre la historia de los incas y nos permite conectarnos con el pasado de esta joven doncella inca. Su rostro reconstruido nos recuerda la importancia de preservar y comprender nuestra historia y las creencias de civilizaciones pasadas. Juanita vive nuevamente gracias a esta asombrosa reconstrucción.
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